Feliz Solsticio

Estimados Todos:

Generalmente por estas épocas del año a las viejas religiones extintas que ya agotaron su potencial marketinero (esas que tenían muchos dioses, semidioses, vicedioses, ultradioses, etc..) se les daba por festejar alguna cosa importante. Básicamente lo que tenía de especial esta época era que en el norte del mundo era la noche más larga del año, lo que le daba la señal a la gente de que el año se acababa y volvía a empezar, por lo que los pobladores tenían la costumbre de hacer fuerza para que el año, de hecho, empezara y no se le fuera a ocurrir quedarse a oscuras.

Para que el sol salga, por supuesto, no hay nada mejor que prender fuegos, quemar inciensos, degollar animalitos y hacer alabanzas. Es un hecho cinetífico empíricamente verificable que el sol así como lo ven, por más que sea una inmensa bola de gas, está muy atento a estos rituales para enterarse de si debe seguir saliendo todos los días. Digo que es un hecho científico empíricamente verificable porque evidentemente hasta ahora…
ha venido funcionando de lo más bien (como el amuleto espantador de dragones que llevo siempre conmigo).

Por todo esto que pasaba en los tiempos más tiernos e inocentes de nuestra historia es que a las principales religiones de hoy (que todavía están en la etapa de madurez en el ciclo de vida del producto y por ahora la gente sigue consumiéndolas) se les dio por encontrarse también algo que festejar, precisamente en estas fechas, para seguir captando a consumidores como, por ejemplo, los romanos que el 25
de diciembre seguían festejando el nacimiento del Sol o el cumpleaños del dios Mithras.

Así que bueno, voy a asumir que en estas fechas ustedes están celebrando una de las siguientes:

O bien prendiendo velitas en un candelabro de 8 velas para conmemorar el triunfo de una revuelta de un grupo de nacionalistas ortodoxos rurales de ultraderecha contra sus avanzados gobernantes progresistas que se habían "helenizado" tras la conquista de Israel de Alejandro Magno.

O están celebrando que hace más o menos 2mil años nació (¿o había venido de Kriptón?) un nenito con superpoderes que más tarde se hizo matar para pagar por el pecado que había cometido antes una mujer que nació de una costilla y que tenía el poder de comunicarse con serpientes (¿les mencioné que dicho pecado era pasarse a la dieta de
la manzana?).

O tal vez en estas épocas estén balbuceando sílabas raras, pero sagradísimas, apuntando para donde está el ranchito en el que nació un profeta cuyo semblante no se puede dibujar ni en caricaturas y su nombre es mejor ni pronunciar para evitar la ira de los fieles (actualmente esta ira se suele traducir en acciones explosivas, más
que en palabras); todo esto para conmemorar el hecho de que, mucho antes de que existieran los asistentes sociales o los derechos del niño, un señor estuvo a milímetros de sacrificar a su hijo en la cima de una montaña porque se lo habían ordenado unas voces en su cabeza (qué lindo pibe este señor, y ojo que a éste lo comparten las tres religiones por más que sólo una de ellas celebra en estas épocas el acto de intento de homicidio esquizofrénico más sagrado del
monoteísmo).

A cada uno de ustedes felicidades en cualquiera de estas celebraciones. A los que no festejan ninguna de estas tres cosas...
qué embole, ¿no? Evidentemente, se divierte más la gente que cree en las cosas sobrenaturales.

De mi parte lo que les deseo es que tengan un buen solsticio de verano (aunque ya pasó hace unos días), pero tranqui sin mucho stress ya que de este lado del mundo lo que festejamos es que los días son más largos que las noches así que no hay que hacer fuerza para que el sol siga saliendo. De última, se hace un asado a fines de junio y, sin mayor ceremonia, lo hacemos andar al sol a lo guapo, al estilo
hemisferio sur, carajo.